Transición energética: qué es y principales acciones para acelerarla

La transición energética es parte de la agenda global actual para combatir los efectos del cambio climático. Los esfuerzos, por lo tanto, están centrados en virar hacia la utilización de energías renovables para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y detener tanto la contaminación como la degradación de los ecosistemas. A continuación, se abordan los aspectos más relevantes de la transición energética.

¿Qué es la transición energética? 

Por transición energética se entiende al cambio en los modelos energéticos globales para combatir el cambio climático. Implica, por lo tanto, la utilización de energías renovables, sostenibles y limpias para disminuir progresivamente la dependencia de los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, los cuales son agentes contaminantes y responsables de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Este cambio en el paradigma energético surge de la necesidad de abordar los desafíos medioambientales de nuestra época, como el cambio climático y los efectos negativos asociadas a él, como la pérdida de ecosistemas y biodiversidad. 

Precisamente, frente al incremento de la temperatura global desde el inicio de la era industrial, es necesario tomar acciones para evitar, por ejemplo, el acelerado deshielo de glaciares. Esto tiene un impacto directo no solo en el nivel del mar –que ha subido en las últimas décadas– sino en el clima directamente, ya que los glaciares sirven como reguladores de la temperatura del ambiente. Ante modificaciones de este tipo, se alteran los ciclos del agua, por lo que puede haber lluvias torrenciales o sequias prolongadas. El cambio climático es un fenómeno que afecta a todo el planeta y que exige medidas para paliar sus repercusiones negativas. 

Transición energética: sostenibilidad, justicia y desarrollo 

La transición energética no solo resalta por la búsqueda de la sostenibilidad energética a medio y largo plazo, sino también por la lucha constante por la justicia ambiental y el desarrollo equitativo para todos. Si el reemplazo de los combustibles fósiles es una de las principales premisas, esto implica, en consecuencia, eliminar los efectos negativos de las zonas de extracción de petróleo, el derrame de crudo en el mar y la selva amazónica, así como la emisión de dióxido de carbono por su combustión.  

Esto también permite lograr acciones de justicia para las comunidades que han sido, son o podrían ser susceptibles de fenómenos de contaminación como los que han sido ya mencionados. Además, se debe garantizar el acceso a la energía limpia, de tal manera que los pueblos de diferentes partes del mundo puedan desarrollarse sin los efectos de la contaminación del aire, agua o tierra. Con todo, se busca, sobre la base de la eficiencia energética, la sostenibilidad ambiental. 

Acciones para la transición energética 

Energías renovables 

Para que la transición energética sea realidad, es necesario utilizar fuentes de energía renovable y abandonar, en consecuencia, las no renovables. Este cambio incluye la utilización de la energía solar, la energía eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica y la biomasa. Se trata de energías limpias que permiten un combate directo frente a los GEI. 

Electrificación 

La electrificación de diversos sectores, especialmente el del transporte, es una parte esencial de la transición energética. Esto significa reemplazar vehículos con motores de combustión interna por vehículos eléctricos, así como promover la utilización de sistemas de calefacción y refrigeración eléctricos en lugar de sistemas que dependen de combustibles fósiles. 

Descarbonización 

Esta consiste en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Se puede lograr a través del uso de sistemas energéticos eficientes, la captura y almacenamiento de carbono, y la promoción de prácticas sostenibles en todas las industrias, incluidas la alimentaria y cárnica. 

Digitalización 

La digitalización permite aumentar la eficiencia en un amplio conjunto de procesos, así como en la utilización justa de recursos, como el papel. Así, las tecnologías digitales no solo permiten la automatización de procesos, sino también la priorización de la electricidad como energía, sobre todo si esta se obtiene a través de fuentes limpias y renovables. 

Países que lideran la transición energética 

Desde hace algunos años, muchos países han comenzado a implementar acciones para lograr y acelerar la transición energética. De hecho, muchos de ellos son miembros firmantes de convenios internacionales para buscar el desarrollo económico sin perjudicar el medioambiente, como el Acuerdo de París durante la COP21, celebrada en dicha ciudad el 12 de diciembre de 2015. En general, con este compromiso político, se busca cumplir con las acciones antes mencionadas. Precisamente, estas son medidas; con sus resultados, se puede establecer un ranking de países que lideran la transición energética.  

Estas medidas se recogen en los resultados del Índice de Transición Energética (ETI, por sus siglas en inglés). Con respecto a las primeras posiciones, los países europeos ocupan las diez primeras casillas, en donde resaltan las naciones nórdicas. En estos puestos del ranking, se encuentran, en orden, Suecia, Noruega, Dinamarca, Suiza, Austria, Finlandia, Reino Unido, Nueva Zelanda, Francia e Islandia. Con respecto a Latinoamérica y el Caribe, por su parte, el ranking se refleja de la siguiente: Uruguay (13), Costa Rica (26), Colombia (29), Brasil (30) y Chile (34).

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