Los autores y creadores buscan que sus obras, invenciones o ideas sean protegidas de la reproducción o modificación sin autorización previa. Precisamente, al ser esto muy común, se ha buscado legislar la protección de la propiedad intelectual para que se respeten los derechos (morales, de explotación y compensación) de autoría y titularidad. Para comprender esto en profundidad, en lo que sigue, se desarrollan los aspectos más relevantes de este tema, como qué es la propiedad intelectual, sus tipos y cómo registrarla.
La propiedad intelectual consiste en la aplicación de un marco legal que protege las creaciones personales que cuentan con autores o titulares, quienes se establecen como sujetos habilitados para disponer y obtener beneficios de la utilización de estas. En este sentido, cada país cuenta con una ley de propiedad intelectual, la cual no solo establece procedimientos, sino también bases legales para la cautela de los derechos de los creadores y propietarios.
Ahora bien, como poseedores de los derechos exclusivos de sus obras, cuentan con la prerrogativa de decidir cómo se utilizan sus obras, quiénes pueden beneficiarse de los rendimientos de estas y, desde luego, cómo se distribuyen en el mercado si es que forman parte de transacciones y actividades comerciales. De esta manera, no solo se garantiza el beneficio financiero, sino también el reconocimiento a la creación.
Con todo, la propiedad intelectual permite que tanto los creadores como los usuarios/consumidores accedan a productos de diversa índole, de modo tal que puedan beneficiarse, sobre todo estos últimos, de las obras culturales y tecnológicas.
El derecho de propiedad intelectual está protegido por muchas leyes –específicamente decretadas para este fin– y por las disposiciones de los códigos civil y penal, en los que se recogen procedimientos y sanciones ante la posible violación de este derecho, como el plagio, la distribución o reproducción de obras sin el consentimiento de los autores o titulares.
Cabe resaltar que, asimismo, en cuanto a los derechos que corresponden a la propiedad intelectual, estos son independientes, compatibles y acumulables. Tienen a las obras, por tanto, como objeto de derecho, ya sean producciones artísticas, literarias, científicas, entre otras. Para protegerlas se consideran tres tipos de derecho: moral, de explotación y de compensación.
El derecho moral hace referencia al reconocimiento y respeto de una creación u obra, de tal manera que se trata de un derecho irrenunciable e inalienable a la vez. Se trata de un derecho que puede ser transmitido mortis causa, pero que, desde la perspectiva legal, debe ser susceptible de ciertas decisiones del autor o titular en vida. Esto quiere decir que el autor tiene el derecho de decidir cómo se divulga la obra, retirarla o reintegrarla la obra al mercado, así como exigir la integridad y reconocimiento de la misma.
Estos derechos aluden a la explotación que puede hacer el autor de sus obras por cualquier medio; es decir, considera la distribución, reproducción, modificación, comercialización, entre otros, autorizada por el autor o el titular. En términos legales, los autores tienen la posibilidad de ceder los derechos de explotación, así como el derecho a la participación, que consiste en la caducidad de esta tras 70 años del fallecimiento del autor, sobre todo en obras gráficas o plásticas. En este sentido, los derechos de explotación son fundamentales para permitir a los creadores y propietarios de propiedad intelectual beneficiarse económicamente de sus obras.
En este caso, se trata de obras que han sido reproducidas para uso privado, sobre todo libros y publicaciones.
La propiedad intelectual se divide en varias categorías, cada una con sus propias características y formas de protección. Estos tipos de propiedad intelectual reflejan la diversidad de las creaciones humanas y la necesidad de diferentes formas de protección para estas.
Estos derechos protegen obras artísticas, literarias y otras formas de expresión creativa. Se incluyen, por lo tanto, libros, música, creaciones audiovisuales, software, entre otros. Los derechos de autor otorgan al creador el control exclusivo sobre la reproducción, distribución y exhibición de su obra, así como el derecho a crear obras derivadas.
El registro de patentes tiene el objetivo de proteger invenciones y descubrimientos que tienen una aplicación industrial, sobre todo en el ámbito de la tecnología y la medicina (vacunas, por ejemplo). Esto puede incluir nuevos procesos de fabricación, composiciones químicas, máquinas especializadas y más. En este sentido, esto otorga al titular de la patente el derecho exclusivo de fabricar, usar y vender la invención durante un período de tiempo limitado.
Se trata de marcas registradas, cuya intención es proteger nombres comerciales, logos y otros signos distintivos que identifican productos o servicios. Por ejemplo, una marca puede ser una palabra, frase, símbolo, diseño o una combinación de estos, y sirve para distinguir los productos o servicios de una empresa de los de otras. Estas marcas suelen estar protegidas durante, al menos, 10 años con opción a renovación continuada.
El registro de diseños industriales protege la apariencia estética u ornamental de un producto. Esto puede incluir la forma, el patrón, el color y cualquier otra característica visual que le dé a un producto su apariencia distintiva.
Las indicaciones geográficas protegen el nombre de una región o localidad que se utiliza para describir el origen de producción de un producto. Este tipo de propiedad intelectual es especialmente importante para productos como vinos, vinos aromatizados, quesos, productos agrícolas que tienen una calidad o reputación específica asociada a su lugar de origen. Se suele llamar “denominación de origen”. Se protege, entonces, la usurpación o la imitación con la denominación registrada.
Los secretos comerciales protegen información confidencial que tiene valor comercial. Esto puede incluir fórmulas, prácticas comerciales, estrategias de marketing y cualquier otra información que una empresa mantenga en secreto para obtener una ventaja competitiva. Entonces, se consideran los inventos que se encuentran en fase inicial de desarrollo, procesos específicos de fabricación y las listas de personas / empresas que son proveedores de productos, ya sean manufacturados o materia prima.
La protección de la propiedad intelectual se obtiene a través de registros en las entidades correspondientes, las cuales tienen las competencias de aplicar la ley a cada caso particular (obras literarias, bases de datos, productos o servicios, entre otros). En este sentido, se debe seguir la ley de propiedad intelectual vigente, las regulaciones pertinentes, así como una estrategia efectiva para su implementación.
Ahora bien, la protección efectiva de la propiedad intelectual puede requerir la asesoría de abogados especializados, la realización de búsquedas de antecedentes y la presentación de solicitudes de registro. Además, la protección de la propiedad intelectual no termina con la obtención de un derecho; los titulares de derechos deben vigilar activamente el uso de sus obras y tomar medidas para hacer cumplir sus derechos cuando sea necesario.
Con todo, los procedimientos se adecuan a los marcos jurídicos y leyes de cada país, por lo que es importante revisar los documentos relacionados.
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