Pensamiento metacognitivo: qué es, importancia y cómo fomentarlo en el aula

Para comprender qué es el pensamiento metacognitivo, es necesario responder a otra pregunta: ¿qué es la metacognición? Grosso modo, consiste en la consciencia que tiene una persona de sus propios procesos de aprendizaje, comprensión, pensamiento y patrones asociados a estos. La etimología de esta palabra da cuenta de lo hasta aquí mencionado: la unión del prefijo meta- (ir más allá) y el verbo latino cognoscere (conocer) ofrece el significado de “ir más allá del conocimiento”. En psicología educativa y cognitiva, entonces, se trata de un concepto que permite entender los procesos detrás de la adquisición de conocimiento y el desarrollo de las habilidades metacognitivas, sobre todo, en el ámbito de la educación. 

¿Qué es el pensamiento cognitivo? 

Siguiendo lo anterior, el pensamiento metacognitivo se asocia a la habilidad de autoevaluar y autorregular los propios procesos cognitivos, lo que también está vinculado a la transferencia de los conocimientos adquiridos a diferentes contextos, como la aplicación práctica de conceptos, la resolución de problemas y el aprendizaje de nuevos conocimientos a partir de la consciencia de cómo se aprende, precisamente. En este sentido, el pensamiento metacognitivo engloba la capacidad de un individuo para planificar, monitorear, evaluar y mejorar su propio proceso de aprendizaje, es decir, adaptar sus estrategias según sea necesario. 

La metacognición permitiría, asimismo, el fortalecimiento del aprendizaje autónomo, en tanto que se convertiría en una herramienta fundamental para que cualquier aprendiz comprendiera la manera en la adquiere conocimientos y habilidades. Fomentar el desarrollo del pensamiento metacognitivo, entonces, contribuye no solo a resolver problemas relacionados con las estrategias de aprendizaje, sino también a enseñar a los estudiantes que los procesos metacognitivos son fundamentales para el aprendizaje significativo. Una manera de expresarlo con una frase sería, sin lugar a dudas, “aprendiendo a aprender”, sobre todo, en los niveles más básicos de la educación.  

Pensamiento metacognitivo: ¿cómo ayuda a los niños? 

El fomento del pensamiento cognitivo, al ser implementado en la educación infantil, se erige como un pilar fundamental en el desarrollo de diversas habilidades en los niños. Este enfoque no solo se circunscribe al ámbito académico, sino que permea diversas áreas del desarrollo infantil, desde la gestión emocional hasta la toma de decisiones. Veamos. 

Desarrolla el pensamiento crítico 

La metacognición fomenta la habilidad de los niños para analizar y evaluar la información de manera objetiva, lo que promueve el desarrollo de pensamiento crítico robusto, atento y fundamentado. 

Incrementa la autoestima 

La conciencia y el control sobre sus propios procesos de aprendizaje permiten que los niños ganen confianza en sus habilidades y competencias. 

Permite superar fracasos 

La reflexión sobre los errores y la adaptación de estrategias impulsan la resiliencia y la capacidad de los niños para superar obstáculos académicos y personales. 

Mejora el control de las emociones 

La comprensión y regulación de los procesos cognitivos asociados a las emociones facilitan una gestión emocional más saludable y adaptativa. 

Evita la reiteración de conductas negativas 

La reflexión sobre las acciones y sus consecuencias previene la repetición de comportamientos negativos y promueve la adopción de conductas más positivas y constructivas. 

Favorece la toma de decisiones 

La evaluación metacognitiva de opciones y consecuencias potencia una toma de decisiones informada y reflexiva en los niños. 

Estrategias para fomentar el pensamiento metacognitivo 

La promoción del pensamiento metacognitivo en entornos educativos requiere la implementación de estrategias específicas que incentiven la reflexión y la autorregulación del aprendizaje en los estudiantes. La metacognición, en este contexto, no solo se presenta como una herramienta para la mejora del proceso educativo, sino también como un medio para fomentar la autonomía y la responsabilidad en los aprendices. 

Incentivar el uso de un diario 

La utilización de diarios personales permite a los estudiantes documentar, reflexionar y evaluar sus propias estrategias y procesos de aprendizaje. La escritura, al involucrar diversos procesos cognitivos, como la memoria, la atención y la concentración, permite una mayor consciencia de las experiencias personales. 

Establecer diálogo durante la clase 

La creación de espacios para el diálogo y la discusión en el aula promueve la reflexión colectiva y el intercambio de estrategias y perspectivas entre los estudiantes, lo que los expone a diversidad de perspectivas y razonamientos. Al evaluarlos, los alumnos pueden construir su propio aprendizaje. 

Realizar preguntas de metacognición 

La formulación de preguntas que incentiven la reflexión sobre los propios procesos y estrategias de aprendizaje ayuda a los estudiantes a tomar conciencia de sus prácticas y a identificar áreas de mejora o ajuste. Esto se puede lograr a través de la indagación de saberes previos sobre un tema antes de iniciar la clase; luego, durante esta, se puede preguntar sobre opiniones o apreciaciones sobre los temas desarrollados; al final de la sesión, los docentes pueden establecer preguntas para que los estudiantes puedan resumir y evaluar los contenidos. 

Permitir el pensamiento en voz alta 

Facilitar momentos donde los estudiantes puedan expresar sus pensamientos en voz alta proporciona oportunidades para la autoevaluación y la regulación de sus estrategias y procesos cognitivos en tiempo real. Como ocurre con la escritura, escuchar los pensamientos permite evaluarlos y considerarlos conforme se van desarrollando. 

Principales habilidades metacognitivas 

Regulación metacognitiva 

Esta se refiere a la capacidad de gestionar activamente los propios procesos de aprendizaje través del ajuste y modificación de estrategias para optimizar la adquisición y retención de conocimientos. 

Planificación 

Esta implica la selección y organización de estrategias / recursos antes de abordar una tarea, de tal manera que establece metas claras y delinea el camino para alcanzarlas de manera eficiente. 

Monitoreo 

El monitoreo abarca la supervisión continua de los procesos cognitivos y de aprendizaje para asegurar que las estrategias implementadas sean efectivas y que se esté progresando hacia los objetivos establecidos. 

Evaluación 

La evaluación metacognitiva enfatiza la revisión y análisis de lo logrado frente a lo deseado. Siguiendo esto, es posible conocer cuánto se ha avanzado en función de las metas de aprendizaje. 

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