Modelos de intervención en trabajo social, ¿cuáles son?

El trabajo social es una disciplina que se centra en el bienestar y desarrollo de las personas, grupos y comunidades. Los profesionales de esta área utilizan diversos modelos de intervención para abordar y superar los problemas que enfrentan sus objetos de estudio. En este texto, se abordarán los principales modelos de intervención en trabajo social.

¿Qué son los modelos de intervención en trabajo social? 

Los modelos de intervención consisten en marcos teórico-metodológicos basados en diferentes disciplinas –psicología, sociología, antropología– que orientan el trabajo de los profesionales y especialistas del trabajo social en la asistencia que brindan a personas, familias, grupos y comunidades que afrontan dificultades de diversa índole. 

En tanto modelos, por lo tanto, aportan instrumentos técnicos y conceptuales para analizar y comprender las dimensiones y factores que intervienen en los problemas sociales que se busca solucionar, así como para planificar, ejecuta y evaluar intervenciones y estrategias apropias, éticas y eficaces. Son fundamentales, entonces, para asegurar la calidad y un buen desempeño en la práctica profesional de quienes se dedican a este ámbito, además de aportar un sinfín de posibilidades para responder a necesidades según los recursos disponibles por la población afectada. 

Tipos de modelos de intervención en trabajo social 

Modelo psicodinámico 

Este modelo se centra en los procesos psicológicos y emocionales de los individuos como parte de la comprensión de conflictos internos y como factores de problemas de tipo social. Yendo más allá de aspectos meramente sociológicos, la intervención psicodinámica busca facilitar el insight y la toma de conciencia de los individuos sobre sus conflictos y patrones de conducta, y promover cambios en las relaciones y comportamientos disfuncionales.  

Ejemplo: La terapia psicodinámica individual puede utilizarse para ayudar a un adulto a comprender y superar patrones de relación problemáticos originados en experiencias tempranas de abuso o negligencia. 

Modelo de intervención en crisis 

Orientado a brindar asistencia a personas que enfrentan situaciones de emergencia o crisis, como pérdida de empleo o violencia doméstica, este modelo busca reducir el estrés y la ansiedad, fortalecer los recursos personales y sociales, y fomentar la adaptación y el afrontamiento efectivo a través de acciones rápidas de intervención. Se busca recuperar el equilibrio.  

Ejemplo: En el caso de la violencia doméstica, un trabajador social puede ayudar a las mujeres a encontrar soluciones inmediatas que permitan afrontar la situación sin que haya mayor perjuicio para ellas.  

Modelo centrado en la tarea 

Este modelo centra su atención en que los individuos pueden identificar sus problemas y, por lo tanto, plantear intervenciones para mejorar su bienestar. Aquí se recurre a la realización de tareas específicas y la movilización de sus recursos personales y sociales. Además, este enfoque se caracteriza por ser breve, focalizado y orientado a la acción, y se basa en la colaboración entre el trabajador social y el individuo o grupo. 

Ejemplo: Partiendo de la iniciativa de la persa o grupo, el trabajador social contribuye con un conjunto de acciones que permiten actuar frente a dificultades como las relaciones interpersonales, relaciones con el entorno, sentimientos de insatisfacción, entre otros. 

Modelo conductual-cognitivo 

Este modelo se centra en la modificación de pensamientos, creencias y comportamientos disfuncionales. En este sentido, se busca modificarlos, suprimirlos o, en todo caso, reforzar conductas y actitudes positivas para el bienestar del individuo. En tanto modelo, utiliza técnicas como la reestructuración cognitiva, el entrenamiento en habilidades sociales y la exposición gradual para promover cambios en los patrones de pensamiento y acción que contribuyen a la resolución de los problemas. 

Ejemplo: Se puede emplear la terapia cognitivo-conductual para ayudar a una persona con ansiedad social a identificar los disparadores de este sentimiento, de tal manera que pueda aprender a controlarlo, comprenderlo y superarlo con efectividad. 

Modelo humanista/existencialista 

Este enfoque se caracteriza, sobre todo, por atender a diferentes variables culturales, étnicas y sociales en las que los individuos son quienes aceptan las intervenciones de manera progresiva, es decir, la integran en función de sus necesidades y sin ningún tipo de presión por parte de los trabajadores sociales.  

Ejemplo: Un trabajador social puede plantear intervenciones para individuos o grupos humanos que se encuentran en situaciones adversas en el contexto de la migración o el refugio para escapar de conflictos bélicos, por ejemplo. 

Modelo crítico/radical 

Este modelo se centra en promover la consciencia crítica en torno a que los individuos no son completamente responsables de su situación, ya que hay factores que les exceden y superan, sobre todo a nivel social, económico y político. Este modelo puede ayudar a que los individuos adquieran voz en lo que respecta a sus derechos y obligaciones, de tal manera que se conviertan en actores visibles y participantes. 

Ejemplo: En el activismo social, los trabajadores sociales pueden aportar a diferentes luchas como guías o acompañantes de procesos de mayor envergadura, como la búsqueda del reconocimiento de derechos o la necesidad de intervenir en problemas como la exclusión de minorías.  

Modelo sistémico 

Tal y como lo indica su nombre, este modelo busca integrar todos los modelos de intervención social para aportar referentes teóricos y metodológicos para analizar, pensar, diseñar y evaluar las estrategias utilizadas en es este ámbito. 

Ejemplo: Ante los diferentes problemas sociales que enfrenta un individuo o grupo, el trabajador social puede acercarse a estos fenómenos desde diferentes perspectivas para plantear intervenciones efectivas de cara a un trabajo sostenido y positivo. 

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