La ética periodística es fundamental en la era de la información. Gracias a la conexión a internet y la masificación de los dispositivos electrónicos (más allá de la televisión), las personas pueden acceder a una ingente cantidad de datos. Sin embargo, estos no siempre son reales. Es aquí donde los periodistas cumplen una función imprescindible: informar de manera veraz, imparcial y objetiva. Para comprender esto, es importante saber qué es la ética periodística.
La ética periodística aporta un conjunto de principios que guían la labor de los profesionales del periodismo. Precisamente, en tanto difusores de información, los periodistas deben garantizar que esta sea veraz, imparcial y relevante para el público en general.
Como puede verse, estos reciben la tarea y la responsabilidad social de transmitir a los ciudadanos mensajes, datos, noticias, resultados de investigaciones, entre otros, de manera íntegra, objetiva y precisa, es decir, sin manipular el contenido ni alinearse a intereses de terceros (por ejemplo, posturas políticas o proyectos empresariales), porque esto podría comprenderse como conflicto de intereses.
Esto es fundamental, puesto que el periodista no solo transmite datos, sino que también influye en la percepción y opinión pública. En el contexto actual, los periodistas cuentan con una gran responsabilidad para mitigar los efectos de la distribución, la manipulación y el aprovechamiento de informaciones falsas que encuentran lugar en las redes sociales, páginas web y demás espacios virtuales.
Las profesiones cuentan con códigos deontológicos para regular las acciones de quienes las desempeñan. Desde luego, el periodismo no es ajeno a esto; de hecho, cuenta con un conjunto de normas, directrices y valores que buscan, en todo momento, el aseguramiento de la verdad, la imparcialidad y la responsabilidad en el ámbito de la comunicación social. A continuación, se presentan los principales principios éticos que rigen la práctica periodística:
El público tiene derecho a recibir información veraz. Los periodistas deben esforzarse por verificar la autenticidad de sus fuentes y evitar la difusión de noticias falsas.
Es vital presentar los hechos en su contexto adecuado para evitar interpretaciones erróneas. La descontextualización puede llevar a malentendidos y desinformación.
Los periodistas tienen una responsabilidad social. Su labor debe contribuir al bienestar de la sociedad al promover la justicia, equidad y respeto por los derechos humanos.
Actuar con honestidad es esencial. Los periodistas deben evitar conflictos de intereses y rechazar adhesiones en el momento de brindar información en los medios de comunicación, ya sean escritos o audiovisuales. Los periodistas deben, asimismo, rectificarse cuando cometen errores durante su actividad profesional.
La censura es contraproducente en una sociedad democrática. Es esencial garantizar el acceso libre a la información.
Los periodistas deben ser cautelosos al tratar temas sensibles y evitar invasiones a la privacidad.
El periodismo debe entenderse como un vehículo de información para la paz, la justicia, la cohesión social y la resolución de conflictos, por lo que debe evitar a toda costa los discursos de odio o violencia.
El interés público debe prevalecer sobre cualquier otro. La información debe ser relevante y beneficiar a la sociedad.
El público debe tener la oportunidad de participar en el proceso informativo a través de la expresión de sus opiniones y preocupaciones.
La posverdad es tema de discusión en el mundo periodístico. Este término, según la RAE, puede entenderse como “la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.
En este contento, el periodismo enfrenta el reto de combatir la difusión de noticias falsas –no solo de fácil confección debido a las nuevas tecnologías, sino también de rápida difusión en medios virtuales–, las cuales podrían ser parte de la manipulación mediática con el objetivo de obtener determinados resultados en la sociedad.
Un fenómeno que ilustra este ejemplo es, claramente, la difusión de noticias falsas durante campañas electorales. Frente a esto, es imperativo que los periodistas se adhieran estrictamente a los principios éticos, lo que implica, como se verá a continuación, verificar la información y contrastar fuentes para garantizar la veracidad de su contenido.
En este sentido, la ética profesional es la brújula que guía en tiempos de desinformación.
Cumplir con la ética periodística es un compromiso constante con la verdad y la integridad. A continuación, se presentan recomendaciones clave:
Recurrir a fuentes confiables. Es vital basarse en fuentes verificables para garantizar la precisión de la información.
Contrastar los datos recopilados. Verificar y contrastar datos desde diferentes fuentes es esencial antes de publicar o difundir información en medios de comunicación. Para aspectos más precisos, se recomienda optar por el periodismo de datos.
Respetar la privacidad. La privacidad es un derecho fundamental de las personas. Se debe evitar la divulgación información personal y sensible sin el consentimiento adecuado.
Mantener la objetividad. Los periodistas deben esforzarse por mantener la objetividad, lo que implica evitar sesgos y opiniones personales en su trabajo.
La mejor manera de convertirse en un especialista es optar por formaciones de alto nivel. Este es el caso de los estudios de posgrado, los cuales han cobrado gran relevancia en el mercado laboral en las últimas décadas. Esto es así porque los empleadores buscan a profesionales capaces de desempeñar funciones de manera óptima y acorde con las últimas innovaciones de sus áreas de conocimiento.
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