Desarrollo de la competencia oral y estrategias de enseñanza del español como lengua extranjera

El español es una de las lenguas más habladas en el mundo solo por detrás del inglés, el chino mandarín y el hindi. Esto lo convierte en un idioma atractivo para muchos efectos, entre ellos, la formación universitaria, los negocios y el trabajo en diferentes industrias. Al tener una gran presencia en las escuelas, institutos y centros de idiomas, se requieren estrategias de enseñanza del español como lengua extranjera efectivas y adaptadas a las necesidades de los estudiantes. Esto es particularmente necesario en la competencia oral, la cual garantiza la intercomprensión con hablantes de diferentes variedades de este idioma. Este texto presenta 8 estrategias para fomentar esta habilidad lingüística.

8 estrategias de enseñanza del español como lengua extranjera para la competencia oral

1. El español es más divertido con canciones 

La música es una herramienta indiscutible en la enseñanza de idiomas. Las letras de las canciones suelen reflejar la vida cotidiana, expresiones comunes, la idiosincrasia de sus pueblos y patrones lingüísticos específicos de los hablantes nativos, como la sintaxis. Utilizar canciones en el aula no solo mantiene a los estudiantes comprometidos, sino que también le proporciona un contexto cultural y lingüístico más próximo a la comunicación en el mundo real. A partir de la selección de canciones según cada nivel de aprendizaje, los alumnos pueden mejorar su pronunciación, ritmo y entonación de forma natural, esto es, a través de la práctica en un contexto lúdico, entretenido y desafiante. 

2. Teatro y juego de roles para la fluidez oral 

Lo que hace atractivo al teatro es, en definitiva, la capacidad de representar situaciones y contextos variados. Cuando los estudiantes participan en juegos de roles –conocidos como role-play o role-playing– o representaciones teatrales, no solo practican el idioma, sino que también se sumergen en distintos escenarios y situaciones de habla (por ejemplo, recurrir a determinado vocabulario). Esta inmersión activa en el lenguaje les permite experimentar el español en una variedad de registros y contextos. Es una forma atractiva y dinámica de aprender español, que al mismo tiempo fomenta la confianza y la fluidez oral. 

3. Explicar recetas de comidas favoritas 

Al explorar y explicar, por ejemplo, recetas tradicionales, los estudiantes pueden conocer un nuevo ámbito de riqueza cultural y lingüística. Cada ingrediente, cada paso, cada técnica culinaria, requiere construcciones y vocabulario específicos para dar cuenta del proceso de preparación, como los conectores de orden, las cantidades de cada ingrediente, los tiempos de cocción, entre otros. Esta estrategia, entonces, permite que los estudiantes puedan jerarquizar sus pensamientos y así estructurar un discurso coherente, fluido y claro para los demás. Cuando se trata de practicar la pronunciación, esta dinámica es muy útil. 

4. Presentación de “Mi artista favorito es...” 

Una manera de desarrollar habilidades comunicativas en el español como lengua extranjera es fomentar actividades en las que se deben presentar, exponer o comentar información sobre determinados temas, como los artistas favoritos. Con esto último, los estudiantes investigan sobre cantantes, pintores, escultores, músicos, bailarines, entre otros, y estructuran una presentación que será realizada frente a compañeros de clase. Un aspecto importante de esta estrategia es que incentiva la utilización de palabras y construcciones de un tanto expositivo como argumentativo, porque tendrán que explicar por qué ese artista es su favorito. Esto implica esfuerzo y planificación, sobre todo si se pretende un discurso oral claro. 

5. Lectura y recitado de poemas 

En el contexto educativo, la poesía puede ser una herramienta poderosa para la enseñanza del español. Leer y recitar poemas ofrece una aproximación a estructuras lingüísticas complejas y ricas en matices, como la polisemia o las metáforas. Además, el ritmo y la métrica de los versos favorecen una mejor entonación, fluidez en la lectura y la pronunciación de consonantes que pueden ser complejas para hablantes de otros idiomas, como la vibrante múltiple (erre), un reto para quienes tienen al inglés como lengua materna, por ejemplo. Por su parte, a nivel cognitivo, la poesía estimula la reflexión y el análisis, habilidades esenciales en el aprendizaje de una lengua extranjera. 

6. Presentación de película, serie o musical preferido 

Las películas, series y musicales representan una fuente valiosa de modismos, giros, riqueza léxica, en tanto el español se sitúa como una de las lenguas con más variedad en el mundo (recuérdese que se habla oficialmente en 21países). Así, las producciones audiovisuales, al procurar la verosimilitud con situaciones de la vida común de los hablantes del español, ofrecen a los estudiantes la oportunidad de escuchar este idioma en su diversidad de registros y acentos. Esto los prepara para situaciones reales, en las que pueden coincidir hablantes de diferentes variedades del español. Más allá de la comprensión auditiva, al analizar la trama y los personajes, los estudiantes enriquecen su capacidad interpretativa y crítica. Estos materiales, por su capacidad de enganchar y motivar, se convierten en excelentes aliados para cualquier profesor de español. 

7. Incluir juegos colaborativos 

La gamificación ha demostrado ser una técnica pedagógica efectiva en diversos campos educativos. En el contexto de la enseñanza del español, en efecto, los juegos colaborativos permiten practicar estructuras lingüísticas de manera divertida y dinámica. Se trata del diálogo para tomar decisiones estratégicas para lograr los objetivos del juego, lo que implica dar órdenes, usar diferentes tiempos verbales, recurrir a la entonación para acentuar la intención del mensaje, entre otros. Además, al requerir interacción entre los participantes, se promueve el uso activo del idioma en un entorno seguro y de apoyo, donde el profesor se convierte en un guía y acompañante. 

8. Diálogo activo durante la clase 

Por último, y no menos importante, la estrategia más común y imprescindible es el diálogo activo durante la clase. Al fomentar conversaciones en tiempo real, los estudiantes enfrentan desafíos comunicativos que los obligan a adaptar y aplicar lo que han aprendido (léxico, pragmática, semántica, sintaxis, morfología). Este enfoque práctico y orientado a la acción permite a los estudiantes desarrollar habilidades lingüísticas esenciales: desde la escucha activa hasta la producción oral. Además, al dialogar sobre temas actuales y relevantes, se asegura que el aprendizaje sea significativo y relevante. 

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