¿Cómo afecta el cambio climático en la salud?

Los efectos del cambio climático son visibles no solo en la progresiva pérdida de biodiversidad en el mundo, sino también en la afectación de la salud de las personas. Como es de esperarse, el incremento de las temperaturas contribuye con el surgimiento de afecciones y enfermedades relacionadas con la salud física y mental. Para comprender esto en profundidad, este texto aborda cómo afecta el cambio climático en la salud.

¿Qué es el cambio climático? 

El cambio climático consiste en las alteraciones –significativas y duraderas– que sufren los patrones climáticos en todo el mundo, por lo que se considera un fenómeno global que afecta a diversas regiones y ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos. Como su causa principal se reconoce al conjunto de actividades humanas relacionadas con la utilización de combustibles fósiles para el transporte y la industria, así como la depredación de espacios naturales, como los bosques. 

El cambio climático se caracteriza, por lo tanto, por el aumento de las temperaturas globales, el derretimiento de glaciares, la alteración de los ciclos de lluvia y la disminución de la capa de ozono debido a la contaminación atmosférica. La emisión de gases de efecto invernadero –como el dióxido de carbono– contribuyen directamente a la aceleración de este proceso, el cual no solo afecta a la biodiversidad, sino también a la salud humana. En este sentido, el desarrollo sostenible es prioridad para preservar el mundo para futuras generaciones. 

El impacto del cambio climático en la salud 

Siguiendo lo anterior, el cambio climático tiene un impacto directo y profundo en la salud humana. Los fenómenos meteorológicos extremos, las temperaturas extremas y el aumento de la contaminación del aire son solo algunos de los efectos del cambio climático que amenazan la salud de las personas. Aunque muchos sistemas de salud estén preparados para afrontar esto, no es una regla general. 

Malestar o fallecimiento por estrés calórico 

En los últimos años, se ha incrementado la incidencia de casos por estrés calórico. Este puede provocar golpes de calor y muertes prematuras, sobre todo, en las olas de calor que cada vez son más frecuentes alrededor del mundo, incluso en zonas en las que no eran habituales. Este fenómeno puede conducir a la deshidratación severa y el agotamiento del cuerpo, lo que, sin un tratamiento oportuno, puede llegar a ser fatal. 

Enfermedades cardiovasculares 

Hay que considerar que, asimismo, el cambio climático puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en personas jóvenes y adultas. De hecho, los contaminantes atmosféricos, como el dióxido de azufre y el monóxido de carbono, pueden dañar los vasos sanguíneos y el corazón, lo que aumenta el riesgo de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares. 

Enfermedades respiratorias 

Problemas respiratorios como el asma y la bronquitis, por ejemplo, pueden empeorar debido a los factores climáticos adversos, principalmente por las temperaturas altas. Las partículas finas del aire y los gases tóxicos –muy presentes en las grandes ciudades y en centros industriales– pueden no solo irritar los pulmones, sino también dañar las vías respiratorias. Como consecuencia, se pueden desarrollar enfermedades crónicas, lo que tiene un impacto severo en la calidad de vida de las personas que las sufren. Es, desde luego, un gran problema de salud pública. 

Aparición o empeoramiento de alergias 

También se debe considerar que el cambio climático puede incrementar la prevalencia de alergias, ya que las condiciones más húmedas y calurosas favorecen la proliferación de alérgenos. Las reacciones alérgicas, por lo tanto, pueden incrementar, principalmente las cutáneas y las respiratorias. 

Infertilidad 

Otro efecto es la afectación de la fertilidad. Debido a las altas temperaturas y la exposición a ciertos contaminantes, las células reproductivas pueden bajar en cantidad y calidad. De hecho, el calor extremo puede afectar la producción de esperma en los hombres. Por su parte, tanto en hombres como mujeres, los contaminantes de diverso tipo pueden afectar el sistema endocrino, lo que puede causar infertilidad. 

Desnutrición 

La desnutrición puede aumentar debido a la inseguridad alimentaria causada por las sequías y las inundaciones. Entonces, el cambio climático puede afectar la producción de alimentos, lo que puede llevar a la escasez de estos y a la dificultad de mantener una dieta variada, especialmente en las regiones más vulnerables del mundo. 

Salud mental 

La salud mental puede verse afectada por el estrés y la ansiedad relacionados con los efectos del cambio climático. Los desastres naturales, como las inundaciones y los incendios forestales, pueden causar traumas y estrés postraumático, mientras que la incertidumbre y la preocupación por el futuro pueden llevar a la ansiedad y la depresión. 

Transmisión de enfermedades por vectores 

Las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores, como la malaria y el dengue, pueden aumentar debido a las condiciones más cálidas que favorecen la proliferación de mosquitos. Además, el cambio en los patrones de lluvia puede crear más hábitats para estos vectores, lo que incrementa el riesgo de estas enfermedades. 

¿Cómo combatir el cambio climático y cuidar la salud?

Existen diversas estrategias para proteger la salud ante el cambio climático, todas ellas centradas en el desarrollo sostenible y la reducción de las emisiones de carbono. 

Menos combustibles fósiles, más aire limpio 

Reducir el uso de combustibles fósiles puede disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire. Esto no solo puede ayudar a mitigar el cambio climático, sino también a mejorar la calidad del aire y a reducir el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. 

Apostar por energías renovables 

Las fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, son alternativas limpias a los combustibles fósiles. Estas fuentes de energía no emiten gases de efecto invernadero y pueden proporcionar energía de manera sostenible y a largo plazo. 

Eficiencia energética como prioridad 

Optimizar el consumo de energía, a través de la eficiencia energética, puede reducir las emisiones de carbono. Esto puede incluir medidas como el uso de electrodomésticos de bajo consumo, la mejora del aislamiento de los edificios y la reducción del uso de energía en el transporte. 

Transportarse de manera sostenible 

Caminar o usar bicicletas en lugar de vehículos a motor puede reducir la contaminación del aire y promover la salud física. Además, estas formas de transporte son más sostenibles y pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Equilibrar el consumo de carnes y vegetales 

Consumir menos carne puede reducir las emisiones de gases CO2 asociadas con la ganadería. De hecho, la industria cárnica es una de las principales fuentes de metano, un potente gas de efecto invernadero. También hay que considerar que esta industria requiere grandes cantidades de agua y tierra. 

Las 3 R y el compostaje 

Reciclar, reducir y reutilizar, así como compostar, pueden reducir la cantidad de residuos que terminan en los vertederos, que son una fuente importante de contaminación de aire y tierra. Además, el compostaje puede ayudar a mejorar la salud del suelo y a reducir la necesidad de fertilizantes químicos. 

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