Agua y cambio climático: ¿cuáles son las consecuencias del calentamiento global?

El planeta se encuentra en un momento crítico: el incremento de las temperaturas ha impactado con fuerza, sobre todo, en el ciclo de agua. Los efectos, cada vez más catastróficos, se pueden constatar en la experiencia propia y, por supuesto, gracias a los datos de investigaciones científicas preocupadas por el tema. Con el incremento de lluvias torrenciales, sequías que se prolongan durante meses y condiciones climáticas adversas, como el frío o calor extremos, se afectan campos agrícolas, reservorios de agua y, por supuesto, ecosistemas. Aunque hay esfuerzos por cuidar el agua, aún son necesarias otras medidas más efectivas. Agua y cambio climático nunca habían estado tan relacionados como ahora. Pero ¿cómo comprender esto de mejor manera? En lo que sigue, te comentamos sobre este vinculo y sus consecuencias en el medioambiente

Agua y cambio climático: ¿cómo se relacionan? 

El ciclo del agua es un mecanismo complejo que requiere la coincidencia de ciertas condiciones para su estabilidad. Este proceso, que incluye diferentes fuentes de agua y etapas (evaporación, sublimación, condensación, precipitación), puede verse afectado por los cambios en las temperaturas del planeta. Así, cuando ciertas etapas se interrumpen o se aceleran, la frecuencia de las precipitaciones es susceptible de incremento o disminución. Como puede intuirse, esto se manifiesta en inundaciones o extensas temporadas de sequía en zonas en las que estos fenómenos no eran habituales. 

Los cambios en la cantidad, distribución y calidad de los recursos hídricos, en consecuencia, afectan condiciones y actividades necesarias para la supervivencia tanto de los humanos como de las especies animales y vegetales. El incremento del nivel del mar, el cambio de temperatura en los océanos, la tala de árboles, la pérdida de acuíferos, la desaparición de glaciares, el derretimiento de los casquetes polares, entre otros, impactan en los ecosistemas y campos dedicados a la producción de alimentos

Con la progresiva desaparición de especies y la pérdida del equilibrio ecológico, muchos procesos naturales se ven perjudicados de la mano de agua. Se trata de procesos de reproducción de especies animales, la pérdida de insectos polinizadores como las abejas, la afectación de hábitats frágiles (véase el caso del oso polar) y la propagación de plagas son solo algunos de los ejemplos que dan cuenta de un problema que aqueja a la biodiversidad y a la calidad de vida de las personas. 

Frente a este problema, la gestión sostenible del agua es fundamental para adaptarse al cambio climático mientras se adoptan medidas para paliar sus consecuencias. Esto implica no solo reducir las emisiones de gases contaminantes, sino también consumir con responsabilidad los recursos hídricos disponibles, que implica prácticas responsables en hogares y en la agricultura. 

Consecuencias del cambio climático en el agua 

El cambio climático, como hemos visto, impacta negativamente en el agua. Pero ¿cuáles son las principales consecuencias de este fenómeno derivado del calentamiento global? Veamos: 

Escasez de agua dulce 

La reducción de los glaciares los cambios en los patrones de lluvias están disminuyendo las reservas de agua dulce en casi todas las regiones del planeta. Esta fuente, que es crítica para la vida humana, la agricultura y la industria, es cada vez más escasa. 

El estrés hídrico que acompaña a este problema repercute directamente en poblaciones cuya economía y actividades de supervivencia dependen del abastecimiento de agua, como las áreas agrícolas. En las zonas urbanas, a su vez, se generan problemas de distribución de agua potable, lo que deriva en cortes, control o racionamiento del suministro

Más humedad, menos agua 

El aumento de la humedad en la atmósfera no se traduce, aunque pueda creerse lo contrario, en mayor disponibilidad de agua. De hecho, la evaporación acelerada y la distribución desigual de las precipitaciones causa carencia de agua en muchas regiones en las que, incluso, las lluvias son escasa. Como consecuencia, tierras y espacios naturales que depende se vuelven paulatinamente más áridas y poco productivas

Riesgos de sequía e inundación 

El cambio climático aumenta la frecuencia y severidad de eventos extremos como las sequias e inundaciones. Estos fenómenos no solo afectan a los campos dedicados a la agricultura, sino también a la disponibilidad de agua en reservorios, como las represas u otras plantas de tratamiento de agua. Así, tanto el exceso como el déficit hídrico impactan en el suelo y la calidad de la tierra, así como en las infraestructuras de los centros antes mencionados. 

Precipitaciones torrenciales 

Estos eventos extremos causan una mayor escorrentía superficial, lo que significa el transporte de contaminantes a ríos y lagos, lo que afecta negativamente la calidad del agua. Esto puede arrastrar nutrientes y pesticidas de la tierra a los cuerpos de agua y provocar, así, floraciones de algas y degradando aún más la calidad del agua. 

Salinización de aguas subterráneas 

La subida del nivel del mar y la intrusión de agua salada en acuíferos de agua dulce es una consecuencia directa del derretimiento de los glaciares. Este fenómeno es problemático en regiones costeras y pequeñas islas. En consecuencia, la salinización de las aguas subterráneas no solo reduce la disponibilidad de agua dulce, sino que también puede tener efectos adversos en la agricultura, la flora y la fauna local

Baja calidad del agua 

La proliferación de algas, metales, desechos, sedimentos, pesticida, microplásticos y otros elementos en cuerpos de agua dulce reducen drásticamente la calidad de las reservas. Estos elementos hacen que el agua no sea potable y se convierta en un elemento tóxico para la vida acuática. Además, el calentamiento de los cuerpos de agua puede fomentar la aparición de patógenos peligrosos, aumentando los riesgos para la salud pública.

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