Desde hace algunas décadas, la educación ha implementado nuevas metodologías para mejorar la enseñanza. Estas –casi sin excepción– centran su atención en la tecnología, la cual aporta herramientas y enfoques para alcanzar objetivos de aprendizaje de manera lúdica, motivadora y atractiva. Junto con la utilización de plataformas y aplicaciones, la educación ha incluido a la robótica con la intención de acercar a los estudiantes a la programación y a conocimientos imprescindibles en la época actual. Este texto, entonces, se centra en la robótica educativa, la cual aporta habilidades y ventajas para la formación en la escuela.
También conocida como robótica pedagógica, la robótica educativa recurre a la tecnología y la pedagogía para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje en la educación, sobre todo, en la educación infantil y la educación secundaria. En este sentido, cuando se discurre en torno a la utilización de robots para la enseñanza, se toma en cuenta que estos se convierten en herramientas y medios para fortalecer y mejorar la experiencia educativa, con un claro énfasis en las áreas STEM (Science, Technology, Engineering, and Mathematics, traducido como ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).
En las escuelas, entonces, se utilizan diferentes tipos de robots según el objetivo de aprendizaje. Por ejemplo, kits como el Lego Mindstorms EV3 permiten a estudiantes construir, programar y experimentar con modelos robóticos. Los estudiantes, al ser nativos digitales, no solo adquieren conocimientos en lenguajes de programación o en cómo funcionan los servomotores, sino que también abordan desafíos que fomentan el pensamiento crítico y la resolución de problemas, preparándolos para el futuro, es decir, para el mercado laboral en el que prima la presencia de la tecnología.
Los estudiantes no solo replican modelos preestablecidos, sino que también pueden idear soluciones propias, lo que, en definitiva, promueve la innovación. De esta manera, niños y adolescentes son capaces de plasmar sus ideas a través de diferentes herramientas robóticas, las cuales cuentan con piezas, funcionalidades y características que permiten esta exploración.
Ahora bien, la robótica puede ser compleja en ocasiones, lo que da cuenta de la necesidad de trabajo colaborativo para encontrar soluciones a los problemas planteados. Así, la colaboración entre estudiantes con habilidades y conocimientos variados puede contribuir con un trabajo más efectivo, ya sea en la programación, el ensamblaje o la propuesta de cambios para una mayor funcionalidad del robot.
En un mundo donde el cambio tecnológico es constante, los estudiantes aprenden a ser flexibles, de tal manera que son capaces de adaptar sus soluciones a nuevas herramientas, lenguajes de programación y contextos. Aquí es importante el acompañamiento y guía de los docentes, quienes son los encargados de realizar inducciones a nuevos procedimientos o materiales cuando es oportuno.
La robótica, al enfrentar a los estudiantes a errores y desafíos, les permite reflexionar sobre sus estrategias de aprendizaje, lo que permite identificar áreas de mejora y reajustar enfoques. Precisamente, la metacognición es una característica de la formación integral y rigurosa, porque contribuye con tomar consciencia sobre los procesos de aprendizaje y sus posibilidades.
Las soluciones en robótica raramente son lineales. Los estudiantes deben evaluar múltiples soluciones, ponderar pros y contras, y decidir cuál es la estrategia más eficiente para cada situación. De esta manera, la robótica educativa permite el desarrollo del pensamiento lógico y la toma de decisiones.
Al lograr objetivos tangibles, como hacer funcionar un brazo robótico o programar una tarea específica, los estudiantes refuerzan su confianza en sus habilidades y competencias. Los resultados positivos funcionan como demostración de la efectividad de las ideas y sus aplicaciones.
La robótica convierte a los estudiantes en protagonistas de su educación. A través de la experimentación directa, ellos se involucran en un aprendizaje significativo, lo que permite una mejor consolidación del conocimiento. Se resalta, por tanto, la importancia de la práctica para comprender contenidos teóricos, muchos de ellos densos y complejos.
Al combinar tecnología y educación, la robótica educativa hace que el proceso de aprendizaje sea atractivo, relevante y acorde a los intereses de los nativos digitales. Esto no solo contribuye a una mayor motivación, sino también al descubrimiento de que el aprendizaje puede generar satisfacción, a pesar de incluir conceptos, procedimientos o nociones complejas de por medio. El aprendizaje se convierte en un fin en sí mismo.
Al trabajar en equipos, los estudiantes practican y mejoran sus habilidades de comunicación, desde la exposición de ideas hasta la recepción de feedback. Como puede intuirse, la robótica no solo permite el desarrollo de habilidades lingüísticas, sino también la capacidad de escucha activa, empatía y adecuación a la situación comunicativa.
Dentro de los grupos de trabajo, surgen líderes naturales que coordinan esfuerzos, toman decisiones y guían a sus compañeros hacia el logro de objetivos comunes. Cada proyecto puede tener un líder diferente en función de las características u objetivos trazados por el docente. Esto contribuye con un aprendizaje que incluye a todos los estudiantes, quienes pueden desplegar sus conocimientos y habilidades en diferentes contextos.
La robótica educativa proporciona una visión práctica de cómo las soluciones tecnológicas pueden abordar problemas reales, lo que, en consecuencia, motiva en los estudiantes un espíritu emprendedor, ya que pueden llegar a visualizar posibles innovaciones y oportunidades de cara al mercado laboral apenas egresen de la educación básica.
Mediante la robótica educativa, los conceptos teóricos encuentran una aplicación práctica más allá de las evaluaciones o las sesiones de aplicación. Al programar un robot, en este sentido, se siguen procesos lógicos, razonamientos y concatenaciones de órdenes que se han pensado de manera abstracta. Entonces, cuando un robot se mueve, los estudiantes comprender de manera directa cómo sus instrucciones y consideraciones en torno a la funcionalidad del robot se traducen en acciones concretas. Fomentando la programación y la electrónica, los estudiantes pueden realizar proyectos y así concebir robots desde fases iniciales como abstraer sus características, así como la manera en la que estas se harán realidad.
Podría decirse que la robótica aporta un escenario ideal para que los estudiantes exploren diferentes maneras de resolver problemas reales y aplicados. Al diseñar un robot que pueda, por ejemplo, sortear obstáculos, los estudiantes enfrentan variables imprevistas que requieren soluciones específicas. Todo esto requiere habilidades analíticas y una profunda comprensión del problema en cuestión. De esta manera, se refuerza la capacidad de resolución de problemas de diversa complejidad.
En la robótica educativa, los estudiantes no solo aprenden a codificar, sino también a pensar en términos de algoritmos. Esto significa que aprenden a estructurar problemas complejos en una serie ordenada y lógica de pasos, lo que también se conoce como pensamiento computacional. Por ejemplo, al planificar cómo un robot debería moverse en diferentes espacios –con obstáculos, pendientes, niveles de fuerza, suelos lisos o rugosos, entre otros–, los estudiantes estructuran una serie de comandos y condiciones, lo que fomenta así un razonamiento lógico-secuencial.
Todo proceso de programación y diseño robótico conlleva errores y desafíos. Cuando un robot no opera como se esperaba, los estudiantes deben analizar, identificar y corregir esos errores, afinando su capacidad de evaluación. Esta depuración sistemática no solo mejora sus habilidades técnicas, sino que también inculca una cultura de aprendizaje basada en el ensayo y error. Como consecuencia, se comprende la importancia de la persistencia y el análisis crítico.
La mejor manera de convertirse en un especialista es optar por formaciones de alto nivel. Este es el caso de los estudios de posgrado, los cuales han cobrado gran relevancia en el mercado laboral en las últimas décadas. Esto es así porque los empleadores buscan a profesionales capaces de desempeñar funciones de manera óptima y acorde con las últimas innovaciones de sus áreas de conocimiento.
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