La psicología propone marcos conceptuales y métodos para comprender tanto la conducta como los procesos mentales de las personas. En este esfuerzo, a lo largo de su historia, esta ciencia ha visto surgir diferentes corrientes orientadas a cumplir con esta labor. Se pueden mencionar el cognitivismo, el psicoanálisis y, desde luego, el conductismo. Precisamente, el conductismo en psicología aún provee no solo herramientas básicas para comprender cómo aprenden los individuos, sino también formas de establecer procesos terapéuticos para modificar comportamientos y patrones de pensamiento. En lo que sigue, se comenta en profundidad qué es el conductismo en psicología, sus conceptos, principios y principales exponentes, así como sus fortalezas y limitaciones.
Desarrollado en el siglo XX, el conductismo es una corriente de la psicología que centra su atención en el estudio de la conducta observable, de ahí su nombre. Los psicólogos que la desarrollaron parten de la premisa de que el comportamiento humano no es innato; en otras palabras, este se aprende y puede ser modificado según diversas condiciones, como la correlación entre estímulos y respuestas. Por lo tanto, se diferencia de otras corrientes cuyo foco se encuentra en los procesos mentales internos.
Ahora bien, el conductismo cuenta con diferentes dos tipos de condicionamiento, que permiten comprender cómo es que funciona. En primer lugar, se encuentra el condicionamiento clásico, el cual consiste en un tipo de aprendizaje que se asocia con un estímulo que produce una respuesta, diríamos, involuntaria. El ejemplo más famoso es, desde luego, el perro de Pávlov. En segundo lugar, el condicionamiento operante explica la ocurrencia de una conducta en función de las consecuencias que se puedan tener según los estímulos aportados. Como ejemplo, se cuenta con las recompensas o castigos.
Como ocurre con otras disciplinas y corrientes, el conductismo cuenta con conceptos clave que permiten, por un lado, su comprensión y, por otro, su aplicación de manera correcta. Estos conceptos son:
Un estímulo, en conductismo, se entiende como cualquier situación o evento que conduce a una respuesta del individuo. En este sentido, los estímulos pueden ser externos o internos, como el tacto o el pensamiento, respectivamente.
Este concepto es fundamental para comprender el efecto del estímulo, puesto que se erige como la reacción ante él. Los conductistas consideran que las respuestas son aprendidas y que, por lo mismo, pueden ser modificadas a través de la experiencia.
Entonces, ante la asociación entre estímulo y respuesta, el condicionamiento se torna en un proceso de aprendizaje. Como se ha mencionado, se cuenta con dos tipos de condicionamiento: clásico y operante.
Se trata de otro concepto fundamental en la teoría conductista. Este se refiere a cualquier evento que incrementa la probabilidad de que una respuesta vuelva a ocurrir, es decir, una repetición. Puede haber refuerzo positivo o negativo.
Como lo indica su nombre, es lo opuesto a refuerzo. En este sentido, se trata de un evento cualquier que disminuye la probabilidad de que una respuesta se repita. Los castigos, como los refuerzos, pueden ser positivos o negativos.
El conductismo cuenta con principios que explican cómo entiende el comportamiento como objeto de estudio. Estos principios son:
Se ha mencionado que el comportamiento es aprendido. Grosso modo, esto quiere decir que, a través de los diferentes tipos de condicionamiento, los individuos aprenden a partir de la interacción directa con el entorno.
Por lo tanto, si el comportamiento es aprendido, también implica que puede ser modificado o cambiado a través de procesos de aprendizaje. En este sentido, se pueden aplicar las dinámicas de la teoría cognitivo-conductual, la cual utiliza técnicas conductistas para ayudar a las personas a cambiar comportamientos problemáticos.
Considerando lo anterior, los comportamientos observables se aprenden a través de la , por lo que puede haber refuerzos y castigos en el proceso.
De esta manera, el conductismo afirma que el entorno tiene un impacto significativo en los comportamientos humanos, ya que las personas viven, aprenden y se desarrollan en él. La interacción con otros y el mundo moldean los procesos mentales de aquellas.
Es considerado el padre del conductismo. Propuso que la psicología debiera ser una ciencia natural basada en la observación de la conducta. Watson argumentó que los psicólogos deberían centrarse en los comportamientos que pueden ser observados y medidos objetivamente.
El ruso Iván Pávlov es famoso por su trabajo en el condicionamiento clásico, que demostró cómo los estímulos y las respuestas pueden estar asociados a través del aprendizaje. De hecho, Pávlov mostró que los perros podían aprender a salivar en respuesta a un sonido si este se asociaba repetidamente con la comida.
Conocido como B.F. Skinner, desarrolló el concepto de condicionamiento operante y es conocido por su trabajo en el análisis experimental del comportamiento. Este psicólogo argumentó que el comportamiento es determinado por sus consecuencias y que los comportamientos que son reforzados tienden a repetirse.
El conductismo proporciona un marco claro para entender el comportamiento humano. Su enfoque en los asociación entre estímulos y respuestas hace que sus teorías sean fácilmente evaluables. Además, las técnicas conductistas han demostrado ser efectivas en una variedad de contextos, desde la educación hasta la terapia para modificar el comportamiento, incluso en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
A pesar de sus ventajas, el conductismo ha sido criticado su afán de predecir y controlar la conducta; además, se ha considerado como un enfoque reduccionista, centrado en rendimientos a corto plazo y orientado a las actividades previamente definidas.
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